En la actualidad, el nivel de desempleo ha ido en aumento y
los salarios pierden proporción ante el incremento de precios en los productos
básicos.
Los retos a los que se enfrentan las familias para atender
sus necesidades básicas como salud, alimentación, vivienda y vestido, cada vez
se complican más.
La demanda económica en los hogares dificulta mantener el
costo del estudio a los hijos, propiciando la deserción escolar en todos los
niveles.
Del informe de la situación de pobreza y rezago social en
Colima publicada por el SEDESOL en enero 2015, un 34.4% de la población se
encuentra en situación de pobreza y 4% en pobreza extrema. Sin embargo, esta información se repite año
con año y no ha sido actualizada desde 2012, por lo que a la fecha, seguramente
estos porcentajes se han elevado en forma importante. Entre los principales
rezagos que enfrenta la entidad se encuentran la carencia de acceso a la
seguridad social del orden de 50.8%, la carencia de acceso a la alimentación
con un 23.2% y el rezago educativo con un 18.8%.
Para minimizar el impacto que esta situación está provocando
en los jóvenes que tienen que abandonar sus estudios de secundaria,
preparatoria y profesional por falta de recursos económicos, se plantea ayudar
a esta situación de la siguiente forma:
a)
Apoyar
con becas económicas a los jóvenes que tienen el deseo de continuar sus
estudios a pesar de su situación de pobreza
y que así lo demuestren con sus calificaciones, para contribuir al
desarrollo educativo y cultural de nuestra sociedad.
b)
Generar
conciencia en los jóvenes sobre esta situación que viven, para crear un
compromiso con aquellos que vayan alcanzando su meta profesional y se
desarrollen en el ámbito laboral, para que ayuden a que otros también lo
logren, creando una cadena de favores.
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